La exoticidad del otro. Japón y el sumo (Parte 1 de 2)

Es frecuente que veamos a culturas aparentemente distintas y lejanas a nosotros como exóticasextrañas, y hacemos en nuestra mente imágenes de pueblos que no podemos entender y que tienen una serie de costumbres raras. Japón es ejemplo de esto. Solemos decir que es un pueblo místico, ajeno a nosotros, pero vale la pena pensar si no es que muchos en otras partes del mundo nos ven así a los mexicanos. Tuve la fortuna de tomar los dos cursos de Historia de Japón que ofrecía uno de los profesores más destacados de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, el Dr. Lothar Knauth, en esta clase, si algo me quedó claro es que a pesar de ser una cultura distinta, son hombres como nosotros, y en sus propios procesos históricos, al estudiarlos, podemos entenderlos mejor a ellos y a nosotros mismos.

Uno de los símbolos exóticos en los que se piensa al hablar de Japón es el sumo. Pensamos en hombres obesos luchando en un círculo y creemos estar ante una tradición milenaria y exótica. Pero entonces me pregunto, ¿cómo surge esta práctica?, ¿es realmente milenaria?, ¿no es un mero atractivo turístico? Este artículo es una versión del trabajo final que entregué para la clase del Dr. Knauth. Debido a la longitud del trabajo, este será publicado en dos partes: una hoy y la otra la próxima semana.

No es tarea fácil definir el sumo. No podemos irnos por el camino fácil y etiquetarlo como un deporte o como una tradición milenaria, pues se trata de una práctica y un término que tienen una historicidad detrás. El sumo generalmente se ve con la visión exótica que predominantemente se tiene de la civilización japonesa. Se piensa en hombres de gran peso, solamente cubiertos de la zona pélvica y que se enfrentan en un tipo de lucha. Se tiene la idea de algo ceremonioso y ritual, pero esa visión se queda en el mayor número de los casos ahí.

Me llama la atención que hay muy pocos trabajos que hablen del sumo, en español son contados y en inglés son sólo unos cuantos. En lo personal me parece un tema interesante para tratarlo desde la historia, para intentar comprenderlo y verlo de una forma no exótica. Hoy el sumo es una práctica vigente, pero, como veremos, es difícil etiquetarlo simplemente como un deporte. Para ello, me parece adecuado citar a Tablero quien toca el tema.

La literatura popular y los medios de comunicación en general se han apresurado a encasillarlo sin más en el concepto de deporte. Sin embargo, el término deporte ha de ser usado aquí con precaución. Aunque en el sumo podemos encontrar ciertas características que a primera vista nos hacen clasificarlo como deporte, el sumo no ha sido considerado todavía por las disciplinas con jurisdicción en el tema para su discusión como deporte. Por otro lado la misma definición de deporte todavía está en pleno debate (Blanchard y Cheska, 1985)1

Me parece importante rescatar esta cita pues demuestra que buscamos etiquetar las cosas y no analizar todos sus componentes ni su historicidad, lo que nos hace tener ideas simples de las cosas cuando no siempre lo son. El sumo no es la excepción, pues además, con las fuentes consultadas, creo que el sumo en Japón hoy es visto más como un atractivo turístico.Además es recurrente en los relatos míticos las acciones relacionadas con el sumo.

El Sumo en los relatos míticos en Japón

A manera de antecedente, me parece importante lo expuesto en la obra Japanese Sports. A History2, pues los autores hablan de figurillas de cerámica que pudieran representar a luchadores de Sumo, del tipo Haniwa que pudieran ser indicios de práctica del sumo como algo ritual desde la época Kofun, según Cuyter se trataría de un ritual Shinto.Hablan de un Sumo prehistórico, pero en lo personal, no sé qué tan válido sea utilizar el término y etiquetarlo como prehistórico pues considero que no existen los elementos para definir cuándo inicia propiamente la historia en Japón.Las fuentes consultadas coinciden en que el primer registro escrito sobre la práctica del sumo es en el Kojiki o Anales de hechos antiguos compilado en 712 (Imagen 1). Para tener una opinión sobre la confiabilidad de dicha obra retomo a Hall:

Pero las dos primeras historias del Japón, el Kojiki (Anales de hechos antiguos), compilados en el año 712, y el Nihon Shoki (Crónicas del Japón), compilados en el 720, aunque contienen, desde luego, una gran cantidad de mitos y leyendas e incluso de fábulas sometidas a una orientación, se basaban también en memorias históricas y tradiciones genealógicas que merecen cierto crédito y relatos de acontecimientos posteriores al siglo V estaban basados, donde era posible, en documentos escritos.3

Ejemplar del Kojiki

Imagen 1. Ejemplar del Kojiki

Sin embargo no debemos dejar de lado que son textos que tienen un objetivo: legitimar al poder y por ello deben ser tomados con cuidado. Aunque puedan tener algo de realidad, son textos realizados mucho después del momento en que supuestamente ocurrieron los hechos que narran. Tomando en cuenta esto, abordemos lo que el Kojiki narra. En esta obra se menciona una leyenda que cuenta que las islas japonesas se consiguieron mediante un combate con las características de una lucha de sumo. A decir de Sharnoff, retomada por Ken Coller4

, hace unos 2.500 años, los dioses Takemikazuchi y Takeminakata pelearon en las costas de Izumo a lo largo de la costa del Mar del Japón. El control del archipiélago fue cedido a la gente japonesa que dirigía el vencedor, Takemikazuchi. La autora interpreta que esto es dicho para dar estabilidad a la familia imperial de la cual el emperador reclama sus antepasados. Para complementar, Gilbert5

menciona, atinadamente creo yo, que con esta historia se legitima la descendencia pues al ganar Takemikazuchi, sus descendientes, parte de la familia imperial, toman el poder. Como podemos ver, en el Kojiki, registro más antiguo encontrado en el que se habla de un combate de sumo, se habla de esta práctica, pero entre Dioses, no es realizado por humanos, aunque, como resulta lógico, fue un relato creado por humanos y con una utilidad humana. El primer documento que da registro de un combate con las características del sumo practicado por hombres es en el Nihon Shoki o Crónicas de Japón, creado unos años después del Kojiki, en 720. Sin embargo, también es un relato que raya más en lo mítico que en la realidad. Guttman6

y Thompson comentan que en dicho texto se dice que un alfarero, Nomi no Sukone, fue quien participó en la primer pelea de sumo, supuestamente en 23 a.e.c, la cual ocurrió cuando el emperador le pidió que se enfrentara con Taima no Keyaha, un fanfarrón que decía ser el hombre más fuerte de la tierra. Se enfrentaron en un encuentro mano a mano y Nomi no Sukone le rompió las costillas con una patada y la espalda con otra (Imagen 2). Desde entonces se convirtió en el «padre del sumo». Los autores comentan que es curioso que se asocie a Nomi no Sukone con el sumo y la masculinidad, pues la primera vez que se tiene registro del uso del término, hace referencia a una pelea entre mujeres.

Representación del enfrentamiento entre Taima no Keyaha y Nomi no Sukone

Imagen 2. Representación del enfrentamiento entre Taima no Keyaha y Nomi no Sukone

Se dice que en el mandato de Yuryaku en el siglo V d.e.c, éste retó a un carpintero del palacio que no se había equivocado nunca, a que podría hacerlo cometer algún error. Para ello puso a luchar desnudas a algunas mujeres, para que el carpintero se distrajera y se equivocara. Kuryaku lo logró y mandó ejecutar al carpintero. En el primer relato vemos que por medio del combate la persona más recta logra vencer al fanfarrón, lo que puede verse como una lucha entre el bien y el mal. El segundo relato es curioso, pues es cuando, según las fuentes, se utiliza por primera vez el término sumo, pero se le ve más relacionado al erotismo que a la práctica del combate ¿Qué relación tiene el sumo con la religión? ¿Qué nos dicen estos relatos? ¿Hoy cómo es visto el sumo en Japón? Si quieren conocer mis respuestas a esas preguntas, estén atentos a Callejero, pues la próxima semana publicaré la conclusión de este artículo.

1TABLERO VALLAS, Javier, Parentesco y organización del Sumo en Japón Dirigida por José Luis Garcia García, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, 1992. (en línea)
2GUTTMANN, Allen  y Lee Thomson, Japanese Sports. A History Hawaii, University of Hawai’i Press, 2001.
3HALL, John W., El Imperio Japonés México (p. 20), México., Siglo XXI, 1973, p. 20.
4COLLER, Ken, Sumo FAQ, trad. Eduardo de Paz Gútiez, Seattle, 1996. (en línea).

5GILBERT, Howard, Wrestling with Globalisation: Amateur sumo as a nascent global sport, Tesis doctoral, Universidad de Auckland, Doctorado en Filosofía en Estudios Asiáticos, 2009. (en línea)
6GUTTMAN, Allen y Lee Thompson, op. cit.

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